Me encontraba en el jardín trasero de la casa de mis padres. Mientras observaba los árboles por la mañana, escuche una voz en mi interior que me pedía mirar al cielo a mi lado izquierdo. Cuando mire en la dirección que se me indico, pude observar una nave espacial que flotaba en el aire con un ligero movimiento alrededor de su eje. Después de unos segundos la nave se proyecto a una velocidad impresionante y bajo muy cerca de las copas de los arboles que se encontraban a unos metros de mi, antes de modificar su dirección y dirigirse al cielo. Mientras se alejaba, la nave proyecto un holograma en forma de planeta. La nave se situaba en el centro del holograma y mientras se alejaba el holograma crecía. Después de uno segundos, ya no pude ver la nave pero en el cielo se quedo la imagen de un planeta que asemejaba estar muy cercano, mas cercano que la luna.
Antes de terminar el viaje astral pude ver a este planeta, no como holograma sino en forma tangible, y pude observar que era el planeta Tierra. La diferencia de aquel planeta es que estaba limpio de toda contaminación, incluida la gran parte de la humanidad empecinada en destruir todo lo que representa vida. Aquel planeta es la tierra prometida por Jesús-Cristo, y los seres alienígenas, como se les llama, son los ángeles de ayer.
ellos, los seres del cosmos, no son los monstruos horribles que el poder de este mundo busca hacerles creer. Ellos no están aquí para destruir la tierra y matar a su prójimo como si lo hace el hombre de este planeta. Ellos están acompañando a Cristo y estarán presentes cuando Jesús-Cristo regrese en el juicio final a esta humanidad. En pocas palabras, ellos están aquí por mandato de Dios y han estado aquí durante todo el proceso evolutivo del hombre.
En paz espiritual,
Dante Jaramillo
Fraternidad Cósmica
Estados Unidos de América