La humanidad camina hacia el precipicio como si esto fuese de lo más normal. El Poder de nuestro mundo, hace todo lo posible para destruir los valores de la familia y, a la misma vez, normaliza el pecado. Una situación que gran parte de la humanidad - ingenuamente en el mejor de los casos - acepta como una norma de vida. Es de gran importancia amar a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos, pero la ley del Padre es inamovible. Nos puede parecer correcto creer que tenemos la libertad de elegir y hacer lo que se nos antoje sin que nadie nos pueda decir lo contrario, pero esta mentalidad evita la realidad. En el planeta Tierra así como en el Universo, para cada acto existe una consecuencia que está por encima de nuestra voluntad. Para el ser humano la consecuencia de sus actos está a la vuelta de la esquina. Y será ese día, cuando el humano se vea de frente con sus actos, que el humano se arrepentirá y se golpeará el pecho y dirá “por mi culpa, por mi gran culpa”. Sin embargo el arrepentimiento llegará muy tarde, y el tiempo de dar cuenta de nuestros actos llegará cuando nadie lo espere.
Comparto nuevamente una vision que el pueblo del Cosmos me dio respecto a este evento:
Era de mañana mientras caminaba en una de las calles de mi pueblo natal junto a un compañero de preparatoria. De repente, escucho un ruido muy fuerte que provenía del cielo. Al mirar al lugar donde provenía este ruido, pude observar una nave espacial enorme que cubría la mitad del cielo y salía de entre las nubes. Al percatarse del evento la gente huyo despavorida y se refugiaron en sus hogares. Cuando busque a mi amigo me di cuenta que él también había huido. También, en ese momento pude escuchar un ruido que provenía de todas direcciones semejante el rechinar de dientes. Yo no sentí temor alguno, por el contrario, sentía una alegría enorme y sabia que eran los hermanos del cosmos, mis hermanos. Corro hacia ellos y allí termina el viaje astral.
Dante J
Fraternidad Cósmica
Mayo 1, 2023