En el Universo existen mecánicas o eventos que no se pueden alterar, a lo que se le llama la voluntad del Padre. Estos eventos cósmicos son inamovibles, pero como los individuos y civilizaciones llegan a estos eventos depende totalmente de nuestros actos. Lo que hoy vivimos es la transición de nuestro planeta a la cuarte dimensión, pero el caos que vivimos hoy es el resultado de nuestra maldad y nuestro deseo maligno de destruir la vida.
Si el humano hubiese llegado a este evento siendo una civilización amorosa y justa, que cuida el bienestar de la vida, este evento sería un tiempo regocijo. El Universo nos estaría abriendo las puertas a la cuarta dimensión hiendo de la mano de nuestros hermanos de las estrellas. Sin embargo, esto no sucedió, y en vez de caminar hacia la cuarta dimensión corremos hacia el abismo de la autodestrucción. Somos asesinos que anteponen la materia sobre la vida. Es por esto que en vez de dar un brinco en nuestro nivel espiritual, social, y tecnológico, estamos presenciando como nuestro planeta se vuelve contra nosotros. Un dolor de parto que aún no llega a la peor parte; aún nos falta mucho por sufrir. Esta generación vivirá dos eventos catastróficos de proporciones bíblicas, y esta década marcará el fin de nuestra sociedad como la conocemos. Si se da el gran milagro, nuestra sociedad tendrá la oportunidad de corregir. De lo contrario, solo aquellos aptos para la nueva era podrán heredar el reino de Dios en la Tierra.
Estos tiempos de gran confusión son la gran prueba para una humanidad que muere y no se da cuenta. El pueblo del cosmos, nuestros hermanos de las estrellas, extenderán su mano hacia esta sociedad como la última oportunidad de salvar lo que parece no tener salvación. Aceptar su ayuda significaría un renacer para nuestra sociedad, pero eso dependerá si el mundo acepta la ayuda o no.
Dante J
Fraternidad Cósmica
Octubre 31, 2021