A la verdad se le puede obstaculizar pero nunca detener. Hoy todo ojo puede ver las manifestaciones del pueblo cósmicos en nuestros cielos. Solo falta mirar hacia al cielo, o simplemente ver los vídeos que se suben a diario a las redes sociales de estas manifestaciones. Manifestaciones impresionantes de naves y de señales de luz que desafían a la ciencia y comprehension humana. Eventos que nos preparan como sociedad para el gran contacto entre nosotros y estas civilizaciones que poseen una evolución muy superior a la nuestra. Civilizaciones, que en muchos de los casos, han estado aquí desde antes que el humano pudiera decir su primera palabra, y que hoy se manifiestan con la esperanza de lograr el milagro de la salvación para el genero humano. Y como parte de esta misión, ellos continuaran manifestándose en nuestros cielos con más constancia y nitidez, y llegará el día en que veamos a estas naves aterrizar y a sus tripulantes salir de ellas. No obstante, antes de que se lleve acabo el contacto entre el humano y el pueblo cósmico, un gran dolor a de llegar a nuestra vidas. Un dolor tan grande que no puede ser descrito con palabras y que será el resultado de nuestra maldad, el fruto de nuestra cosecha. Eventos que aparentan estar en un futuro muy lejano, pero que están más cerca de lo que nos podemos imaginar. Las puertas de la iglesia de Dios se están cerrando frente a nuestros ojos, y de no corregir nuestro camino, de nada servirán las lagrimas y los golpes de pecho cuando llegue el día de dar cuentas de nuestros actos. El tiempo para cambiar es hoy.
Comparto nuevamente la vision que compartí en el mensaje del 9 de Enero, 2020: Y los verán descender del cielo
Me encuentro en un local cortándome el pelo cuando escucho el asombro de la gente en la calle. Salgo a ver lo que sucede, levanto mi cabeza hacia el cielo, y allí pude ver seres angelicales que volaban a muy baja altura. Imágenes con una nitidez que yo nunca he visto; Mis ojos en esta vida jamas han visto con tal claridad. Estos seres son muy bellos, con una fisonomía perfecta y con un resplandor que genera una paz como la que siente un hijo en los brazos de su madre. Los niños, los jóvenes, los adultos, los ancianos, todo mundo pudo presenciarlos y, sin duda alguna, supieron que lo que veían sus ojos no era del hombre sino de algo que va más allá de lo que conocemos.
Dante J
Fraternidad Cósmica
Octubre 22, 2023